¿Qué propone Fluxus al arte?
¿Qué nos propone como espectadores?
¿y cómo artistas?
Fluxus propone que todo puede ser arte y cualquier persona puede hacerlo. Se desmarca de la postura en la cual los artistas deben ser cultos, sofisticados, únicos, originales y su arte producto de ello. Asimismo sostiene y defiende la parte lúdica y experimental, ya que habilita la participación de todos.
De esta manera se disuelven las fronteras entre espectador y artista, ya que son roles intercambiables. Cualquiera puede ser artista y producir arte.

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¿Existe Fluxus sin paradoja? Elegir una paradoja Fluxus. Exponerla. ¿Pueden utilizar una obra para la argumentación?
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Una de las paradojas en Fluxus es su no denominación en ninguna clasificación del arte. Algunos autores sostienen que es una vanguardia, mientras que Maciunas, uno de sus pioneros, niega enfáticamente que Fluxus fuera una vanguardia. Incluso Robert Watts sostenía que la importancia de Fluxus era que nadie sabe sabía qué era.
Su indefinición como estándar de existencia en este movimiento, es consecuente con sus producciones, en las cuales cualquier cosa puede entrar en las categorías de arte, artista, juego, azar, etc. No obstante, sin definición concisa su esencia se contruye, como otras vanguardias, como oposición al arte elitista burgués. Su antiarte es definido como el arte contrario al arte institucionalizado y museificado.
Asimismo, Huyssen sostiene que pasado treinta años de su existencia, se empezó a redescubrir el movimiento. En su tiempo llegó a ser casi olvidado, pasó inadvertido, fuera de la lógica de la vanguardia con su destino inexorable de recuperación por parte del sistema del mercado del arte.

One and Three Chairs (1965) Joseph Kosuth
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¿Qué pregunta, cuestionamiento y/o acierto se les presenta ante Fluxus? Utilizar una obra para reforzar esta respuesta.

Si pretendía ser un movimiento/corriente/vanguardia que con sus propuestas llegara masivamente a todos ¿Por qué no lo logró? ¿Por qué pasó a ser incluso casi olvidado?


Cristo burlado
Obra pictórica del artista italiano Cimabue, (siglo XIII) cotizado entre cuatro y seis millones de euros, fue encontrado en una vivienda al norte de París, donde la familia lo tenía colgado entre el sala principal y la cocina sin darle mayor relevancia;mera decoración del hogar.